Lo importante es no olvidar

5/5 (1)

Cuenta la leyenda sobre la novela “El Principito” que, según la edad a la que uno lea el libro, lo interpretará de diferentes maneras. No es lo mismo acercarse a la obra consagratoria del escritor y piloto Antoine de Saint-Exupéry a los ochos años, que a los catorce, y mucho menos, siendo ya adulto.

Es probable que algo similar suceda con la versión fílmica que se acaba de estrenar en los cines, dirigida por Mark Osborne. Y es que en realidad es imposible que cualquier material sea interpretado de la misma manera por un grande que por un chico, pero en una historia que, entre otros temas como la amistad, la soledad, las pérdidas, resalta el valor de la infancia, esto tiene otro cariz.

Los productores de esta versión han decidido respetar a rajatabla el espíritu del autor. En una época en la que muchas editoriales apelan a dibujantes famosos para ilustrar una historia por la que ya no se deben pagan derechos de autor, la elección de mantener los dibujos originales, acuarelas creadas por el mismo Saint-Exupéry, es una apuesta artística y estética. No sólo las criaturas de la animación son copias de esos dibujos, sino que en algunas escenas se observan páginas que simulan ser extraídas del libro.

Vista de una página "original" del libro en la película,con la acuarela del autor.
Vista de una página «original» del libro en la película,con la acuarela del autor.

Para esta versión se escogió como personaje central a una niña que vive con su mamá, y que, para ingresar al colegio ideal se muda de barrio, en el marco de un mundo “demasiado adulto”. La niña está siempre sola y debe cumplir con el cronograma de “futuro exitoso” que le propone, con amor y casi desesperación, su mamá. Sin embargo en el nuevo barrio hay también un excéntrico vecino. En la casa de al lado vive un anciano aviador que intenta llegar a la pequeña y su infancia en riesgo, contándole una anécdota que le ocurrió alguna vez, cuando su avión se averió y cayó en el desierto del Sahara.

Para diferenciar los dos momentos, el presente del filme y la narración del viejo, se optó también por dos estilos de animación diferentes. El de las escenas de la niña es el clásico estilo computarizado al que estamos acostumbrados, mientras que para la narración del cuento, como si también se adentrara en la materia original, se eligió el stop motion con los personajes realizados en papel.

La niña y el aviador
La niña y el aviador

Con una estética cuidada tanto en lo visual como en la excelente banda sonora de Hans Zimmer, la historia narrada en la película va un poco más allá de la del libro, pero en ningún momento traiciona su esencia. Se citan frases textuales, pero tampoco se limita a una repetición de textos conocidos.

Y es que, como la novela, “El Principito” convoca a los adultos a proteger la infancia propia y la de los niños, a mirar el mundo a través de sus ojos. No vayan al cine con la idea de ver algo pasatista, ni exijan a sus hijos que se emocionen, como señalamos antes, ellos harán su propia lectura. Si bien hay guiños simpáticos, tampoco se puede negar el tiempo en que se vive, lo fundamental de la historia es su poder de interpelación.

La película tiene un ritmo más pausado al que estamos acostumbrados, y es que eso es tal vez lo que hace falta. Detenerse a pensar, saber que, como dice el autor, “el problema no es crecer, sino olvidarlo”. El filme logra fascinar, emocionar, pero por sobre todo moviliza al espectador, quien de ninguna manera queda inmune.

Ficha técnica:

El Principito

Director: Mark Osborne

Guión: Irena Brignull y Bob Persichetti sobre novela de Antoine de Saint-Exupéry

Duración: 106 minutos ATP

 

88x31Esta obra de María Victoria Vazquez está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

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