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Las sombras de un escándalo

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La automotriz alemana Volkswagen reconoció hace algunos días haber adulterado las mediciones de emanaciones contaminantes de sus vehículos para cumplir con las medidas medioambientales fijadas por la Unión Europea y Estados Unidos y así poder vender sus productos en esos mercados. Esto es algo sin precedentes en la historia de la compañía.

¿Era necesario?

¿Qué llevo a Volkswagen a implementar semejante plan?

¿Codicia o estupidez?

¿Una empresa de tal magnitud a nivel mundial necesita de una maniobra de este tipo para
cumplir su cuota de mercado y no defraudar a sus accionistas? Es evidente que tomaron la mala decisión de defraudar a los clientes que pagaron un plus porque sus vehículos fueran más ecológicos.

¿Qué pensaron los mandamás de la compañía alemana cuando autorizaron este procedimiento?

¿Se sintieron tan impunes que perpetraron una maniobra que definitivamente manchará para siempre el impecable comportamiento demostrado hasta ahora y, lo peor, pensaron que saldrían indemnes?

Muchas preguntas, ninguna respuesta, sólo el castigo de sus accionistas que hicieron que los papeles bursátiles cayeran en dos días un 35%. Vendrán multas multimillonarias por parte de los países defraudados y la renuncia del máximo responsable en el manejo de la compañía, pero ¿es suficiente? Si es suficiente, sin embargo, hay un castigo más grande que no podrá ser remediado, al menos en el mediano plazo: la pérdida de credibilidad, un valor que en la actualidad las empresas custodian como uno de los más importantes de cara al cliente.

Si una empresa como Volkswagen, con su prestigio bien ganado a los largo de los años en base al esfuerzo de todos sus trabajadores fabricando productos de excelente calidad, se vale de una artimaña tan grosera para desprestigiarse, qué queda para el resto.

Las acciones se van a recuperar, las multas se pagarán, un nuevo CEO asumirá, pero jamás se dejará de hablar de «¿te acordás cuando Volkswagen modificó el software de las computadoras de 11.000.000 millones de automóviles para registrar mediciones truchas de polución?».

Esto, me atrevo a decir, es una mancha que con el paso de los años se podrá minimizar pero nunca podrán limpiar del todo.

88x31Esta obra de Claudio A. Borrello está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

 

 

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Claudio A. Borrello

Lic. en Informática, columnista del programa Las Buenas y Las Malas que se emite todos los martes a las 19:00 hs. por www.onradio.com.ar Escribe sobre tecnología y cine. Mail: claudio.borrello@lasbuenasylasmalas.com.ar

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