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Segundos

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¡Qué segundos no!, ¡Qué primeros sí!

¡Qué me voy!, ¡Qué me quedo!, ¡Qué no sé si me quedo o me voy!

¿Da para tanto?

En el caso puntual de un juego de pelota parecería que no, pero como concepto amerita su análisis.

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Copa América

En lo sustancial resulta sostenible la carta abierta que la maestra entrerriana escribiera al futbolista Messi, cuestionándole que con su actitud alentase a sus alumnos, seguramente sin proponérselo,  a creer  “que en este país solo importa ser primero”.

¿Y nosotros qué pensamos?, ¿Sólo importa ser primero?.

Diríamos que no; pero esa escueta y “políticamente correcta” respuesta puede resultar engañosa y puede llevarnos a una posición “políticamente incorrecta”.

Es verdad que si se llegó lealmente al primer lugar podríamos decir que se es exitoso.

También es verdad que no sólo se demuestra éxito logrando alcanzar la cúspide.

En una competencia no solo podemos considerar exitoso al “campeón”; ya que también merece ese carácter el segundo respecto del tercero y, cuanto más en relación al último, y así la seguidilla.

Además, siempre corresponde que se analice la existencia de éxito o de fracaso en función de las características personales, los medios y las influencias externas de tiempo y espacio de los individuos, lo que hará que, en cada caso concreto, el nivel logrado importe una coronación o una frustración.

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Messi y su decepción luego de la derrota en la final de la Copa América del Bicentenario 2016.

Lo dicho, lo es sin perjuicio de que nunca se deben flaquear los esfuerzos por alcanzar el máximo nivel cuando se tiene aptitud para ello.

De allí que resulte igual de torpe el recaer en el exitismo de valorar solo el vértice superior del triángulo, como el enviciarse de conformismo aceptando, de manera incuestionable, el no haber obtenido el nivel al que con fundada razón se pueda aspirar y, que en algunos casos pudiere corresponder al siempre anhelado  primer lugar.

En consecuencia, el sano equilibrio nos debería llevar a que además de educar en los valores del esfuerzo, del trabajo, de la dedicación y de la capacitación constante, también nos esforcemos por educar en la lógica y en la práctica del replanteo oportuno de lo que decidimos, hacemos  y pensamos; para poder corregir errores, perfeccionar gestiones y lograr superarnos; imprimiendo, de ser necesario, los cambios o modificaciones de todo aquello que el análisis desapasionado de cada situación, nos marque como negativo, inoportuno, inconveniente o perfectible.

De eso se trata, de valorar tanto los logros mayores como los intermedios,  pero al mismo tiempo de no ser conformistas.

En definitiva, se trata de no perder nunca el impulso por la superación, evitando siempre caer presa del miedo a los cambios necesarios, que por traumáticos que pudieren resultar, nos conduzcan en la dirección de la meta realista y posible que nos hayamos marcado.


Esta obra de Claudio J. Bachur está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Licencia Creative Commons

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Claudio J. Bachur

Abogado, conductor del programa Las Buenas y Las Malas que se emite todos los martes a las 19:00 hs. por www.onradio.com.ar Escribe sobre política, actualidad y temas de interes general. Mail: claudio.bachur@lasbuenasylasmalas.com.ar

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