La muerte de Fidel Castro revivió la polémica sobre su historia, su legado y las consecuencias que su vida pública le propinó a su patria.
¿Qué representa Fidel?
Pesar por la muerte de Fidel Castro
¿Representa la victoria de un pueblo sometido a la corruptela y desatención de la dictadura de Batista, agobiante de los derechos más elementales de los cubanos?. “Sí”.
¿Representa la larguísima instauración de un régimen que a duras penas logró “administrar la pobreza” nivelando para abajo el nivel de vida del pueblo cubano?. “Sí”.
¿Representa un cuestionable progreso de la medicina y del nivel de la educación primaria en la Isla, nunca debidamente acreditado atento la inexistencia de estadísticas fidedignas?. “Sí”.
¿Representa una gestión de gobierno autocrática y negadora de las libertades individuales, que no dudó en encarcelar sus oponentes intelectuales y políticos por el sólo delito de pensar diferente o de cuestionar al “sistema”?. “Sí”.
¿Representa la instalación del “pensamiento único” avasallante de la libertad de pensar (extendida en todas sus manifestaciones), tan cara a la naturaleza humana como el derecho a comer?. “Sí”.
¿Representa el enriquecimiento del líder y de los encumbrados personeros del régimen?. “Sí”.
¿Representa el conculcamiento de las libertades de prensa, de cualquier posicionamiento intelectual o doctrinario contrario al oficial,
a la fe y a la libre práctica religiosa?. “Si”.
¿Representa una aberrante e imperdonable restricción cuasi absoluta del elementalísimo derecho de emigrar?. “Sí”.
Todos estos “sí” que demuestran la perniciosa dualidad de Fidel Castro y del programa de gobierno que impusiera a sangre y fuego, se traducen en estos días, impulsados por su fallecimiento, en múltiples reacciones también “duales”.
La otra cara de la moneda, el pueblo cubano sale a las calles a festejar la muerte de Fidel
Estas alternativas de opinión, nos invitan a reflexionar acerca de si resulta fatalmente necesaria la imposición de un régimen totalitario, intolerante, corrupto y desnaturalizador de la genética libertad del hombre para lograr la cristalización de políticas públicas sensibles a la seguridad social y al progreso individual sin afectación del bien común. Un progreso personal armonizado con los intereses del estado, siempre entendido en su justa definición de ser la propia nación jurídicamente organizada; sin necesidad de prostituirlo convirtiéndolo en la empresa o en la fuente ilegítima de ingresos millonarios de un “protector carismático” y de su grupo de allegados, hábiles escaladores en la estructura del partido único.
Muchas naciones modernas han logrado progresismo y seguridad social sin autoritarismo. ¿Cuba podrá lograrlo?. “Sí”, podrá lograrlo.
Cuba y el resto de los países del mundo a los que hasta ahora no se les ha permitido siquiera intentarlo, ¡podrán lograrlo!.
Eso sí ¡Chico!, para lograrlo, una vez pasadas las exequias y ritos funerarios del líder del siglo pasado, enterrado este en honrosa y respetuosamente en su morada final, deberán forzar socialmente a su clase dirigente y a la intelectualidad de vuestra encantadora Isla caribeña, a producir el giro de modernidad y razonabilidad imprescindible.
El presidente Barac Obama y el Primer Ministro de Cuba Raul Castro.
¿Se animarán los hermanos cubanos a pegar ese golpe de timón?…
¿Se decidirán las “Naciones Libres” a colaborar verdaderamente con el pueblo cubano para que este pueda dar ese liberador golpe de timón?
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