Nos preguntamos si es posible, válidamente, entablar alguna conexión entre el éxito electoral de Donald TRUMP en EE. UU. y el voto mayoritario al “Brexit” en el Reino Unido.
Por los postulados electorales y por las primeras medidas de gobierno adoptadas, parecería que el nuevo presidente norteamericano, de haber sido un elector británico, también se hubiera rendido a la seducción del “brexit”, ya que comparte con sus postulados el fantasioso endiosamiento al proteccionismo. De allí que nos animemos a conectarlos.
Un repetido caso de “inseguridad” golpea nuestros rostros.
Como hace unos días un jugador de fútbol, hoy una comerciante ha sido designada por la lotería del hampa para representar a los cientos de muertos y malheridos victimizados por la descontrolada delincuencia que azota el conurbano bonaerense.
¿Podemos seguir hablando de inseguridad?. Me parece que no.
Es cierto que los argentinos hemos vivido varias situaciones que entendiblemente desestabilizaron emotiva e intelectualmente nuestros conceptos de orden legal y de autoridad.
En efecto, “las experimentamos todas”, es cierto …
Por aquí y por allá se escucha: ¿Por qué no te callas?.
¡Sonamos!… ¿será que el “reynaldo galaico” ha vuelto por estos pagos y, fusil en la mano y para que no se le “piante” su inocente víctima animal, retomó a los gritos su afamado ¿por qué no te callas?.
Que te satiricen en «zolcilloncas» por televisión ¡No!.
Mas, entremezclar tu cara por snapchat con la del estupidizador social, al que encima invitaste a Olivos para «hacer las paces», en una puesta en escena que pareció un «pedido de escupidera» ¡Si!.
Hace unos días se ha producido un hecho que ha sido generador de una importante polémica en varios ámbitos, incluso en el de la mesa radial de nuestro programa «Las Buenas y las Malas».
Explican por allí que, en el campo de la política, el voluntarismo coloca a la voluntad del gobernante por encima de cualquier otra consideración.
El voluntarismo presupone que la intención del político es suficiente para lograr lo que se propone. Descuida, por lo tanto, imprescindibles elementos intelectuales, racionales, científicos, técnicos y emocionales, en el entendimiento que para lograr un objetivo basta con desearlo.